Cómo combinar tonos para tu oficina
- FD
- 28 jun 2019
- 2 Min. de lectura
Lo primero que debes tener en cuenta es "¿cuál es la filosofía de la empresa?", es una pregunta sencilla que empezará a encaminar los tonos que definen nuestra imagen. La selección de la gama cromática es muy importante ya que determinará no sólo el carácter de nuestro espacio sino también la forma en la que trabajaremos dentro de él, influirá en nuestra manera de sentirnos y en la manera de relacionarnos con los demás dentro de nuestra oficina. De ahí partirán ideas como ser monocromáticos, coloristas, más nórdicos o exóticos...
En muchas ocasiones se usan los colores del logotipo de la empresa, lo que facilita la relación entre idea del servicio y nuestro espacio donde llevamos a cabo parte de la actividad. Esta opción es muy recomendable ya que al diseñar nuestro logotipo ya habríamos tenido en cuenta temas como filosofía de empresa, imagen... el logotipo es diseñado para transmitir algo a golpe de vista, con lo que esta podría ser una buena opción.
No obstante esto no siempre es así y tenemos que centrarnos en transmitir nuestra filosofía y valores a través de los colores y disposición de mobiliario de nuestra oficina, debemos encontrar esa armonía entre los colores que escojamos para poder dar sentido a la composición.
Es importante tener en cuenta el factor "luz" si será natural durante la mayor parte de la jornada, o si por el contrario me veré obligado a usar luces donde tendré que tener el cuenta también qué tipo de luces será el más adecuado (color, intensidad...). La luz natural por ejemplo tiene la propiedad de avivar los colores, matizar o incluso variar sus tonalidades en función de su intensidad.
Si la oficina dispondrá de poca luz natural una buena opción sería el blanco, aunque no es recomendable un blanco puro ya que podría empobrecer el ambiente. En caso de optar por el blanco como color para la oficina es conveniente matizarlo, por ejemplo, con una paleta de blancos naturales, con la que se consigue que el color sea un poco más elaborado o bien con pasteles lavados. De ahí la importancia de los análogos que permiten, sin salir de la gama, subir y bajar la intensidad lumínica mediante matrices. También se podrían incorporar toques de rojos, nacarados, amarillos o grises. De este modo, se puede conseguir una sensación de plasticidad al despegar la pared de las molduras y las puertas, lo que permite a su vez evitar que los ambientes sean excesivamente planos debido a la falta de luz natural. Del mismo modo, es recomendable aumentar la temperatura visual imprimiendo color al ambiente mediante plantas, cuadros, cojines, objetos decorativos, etc.
Por ejemplo si buscamos elegir colores para oficinas pequeñas, no es recomendable emplear contrastes entre colores ya que crean sensación de agobio espacial. Tampoco es buena idea abusar de las pinturas decorativas, puesto que saturan el ambiente y reducen su tamaño. Además, el efecto no sólo es sobre el propio espacio de la oficina, sino que afecta negativamente sobre los muebles, que pasarían a un segundo plano, absorbidos casi en su totalidad por el peso visual que los envuelve.
Si necesitas asesoramiento para dar identidad a tu espacio, contáctanos!

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